miércoles, 10 de noviembre de 2010

Evolución del agroecoturismo en Costa Rica

La situación psíquica y ambiental en las sociedades muy urbanizadas y con espacios naturales muy reducidos condujo al surgimiento de una modalidad de turismo que apunta a las regiones poco alteradas, con el objeto de apreciar y disfrutar las bellezas escénicas y la biodiversidad. Así, el ecoturismo expresa la relación que ocurre entre los ecosistemas naturales, o muy poco alterados, y el fenómeno turístico -concebido como la actividad humana de visitar lugares diferentes al entorno habitual, en beneficio del espíritu, el intelecto y el cuerpo. En Costa Rica, el ecoturismo ha tenido gran auge debido fundamentalmente a la consolidación del sistema de parques y a la privilegiada posición geográfica del país, que hace que diversos medios ecosistémicos y climáticos estén muy próximos.
El agroecoturismo se convierte en una actividad complementaria de las actividades agrícolas que realiza el campesino, con la ventaja de que éste percibe una retribución por la conservación de su hábitat y, por ende, mejora su calidad de vida. El agroecoturismo se fundamenta en los servicios turísticos que ofrece al visitante el campesino, sin que éste se desplace, ni cambie su actividad principal ni sus costumbres, ya que éstos son los elementos diferenciadores del producto que ofrece. Con el agroecoturismo el campesino ofrece al turista el servicio de hospedaje y alimentación, los productos que cosecha, y otras actividades como cabalgatas, visitas a zoocriaderos, caminatas guiadas a bosques y caminatas a los campos de producción donde, además, se le muestran al visitante las técnicas agrícolas invitándosele a participar en algún proceso. En las zonas costeras, o cercanas a ríos con afluentes que lo permitan, los campesinos pueden ofrecer a los turistas canotaje recreativo e incluso pesca deportiva y buceo.
El servicio de hospedaje que se brinda es muy personalizado, compartiendo la familia las actividades de atención al cliente. Es recomendable que las instalaciones físicas armonicen con el ambiente donde se está inmerso, utilizando materiales de la zona y procesos productivos no contaminantes. Si es la comunidad campesina la que brinda el servicio, las actividades han de distribuirse entre los pobladores de tal forma que todos tengan participación. Asimismo, se podrá reacondicionar alguna instalación para que sirva de centro de información turística y de centro histórico, en el que se estaría informando al visitante de los recursos turísticos de la zona y mostrándose la historia del asentamiento, sus raíces, luchas y logros e incluso se podrán vender sus artesanías.
Esta visión de desarrollo turístico basado en la utilización controlada de los espacios agrícolas y de los recursos tanto naturales como culturales surgió en Costa Rica a inicios de los noventa como una interesante opción para los asentamientos campesinos del Instituto de Desarrollo Agrario. Fue en busca de la mejora en los ingresos de los campesinos y de la necesidad de diversificar la oferta turística del país que este Instituto y el Instituto Costarricense de Turismo plantearon el concepto de agroecoturismo. La capacitación, la atención al visitante, el acondicionamiento de espacios físicos, el manejo empresarial y la búsqueda de recursos para establecer la microempresa bajo ese concepto tuvieron eco y la semilla germinó.
Hoy, los asentamientos que operan agroecoturísticamente son muchos y están por todo el país, convirtiéndose en ejemplo para el desarrollo de otras experiencias, como la del proyecto Las Terrazas, en Pinar del Río, Cuba. Actualmente no solo tenemos agroecoturismo en Costa Rica, sino también turismo rural comunitario, además del ya clásico ecoturismo que posicionó a Costa Rica en el mercado turístico internacional.

Rosaura Monge es funcionaria del Instituto Costarricense de Turismo.

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